viernes, 17 de julio de 2009

La disociación estructural

¿Puede disociarse la personalidad en su estructura para hacer frente a un trauma crónico? La respuesta es sí. Las víctimas de abusos sexuales que han tenido que hacer frente a los mismos durante años, confirman la existencia de estas dos divisiones. El experto en trauma, Van der Hart, refiere que "...la separación tiene lugar entre las dos grandes categorías de sistemas psicobiológicos que configuran la personalidad; una de las categorías incluye los sistemas asociados principalmente a la aproximación a estímulos atractivos en la vida cotidiana, tales como la comida y la compañía. La otra categoría de sistemas incluye la evitación o huida de estímulos aversivos, por ejemplo, diferentes tipos de amenazas"

Cuando se observa a víctimas de experiencias traumáticas, algunas de ellas parecen llevar como “dos vidas” que refrendan la tesis de Van der Hart: por un lado, mientras están fuera del contexto abusivo o maltratante, se esfuerzan por llevar una vida aparentemente normal, aproximándose a la gente, acudiendo a su trabajo, disfrutando del tiempo de ocio… Actuarían como entumecidamente. Y cuando conviven con las personas abusivas o maltratadoras, actúan concentrándose en defenderse del trauma, evitándolo mentalmente, distanciándose de lo que ocurre...

No es que no tengan conciencia de lo que les sucede, sino que ambas partes no estarían integradas. Lo que define una mente traumatizada es la desintegración.

Puede existir, como sostiene Van der Hart, una parte aparentemente normal (por ejemplo, la parte del niño que rinde espectacularmente en el colegio y parece perfectamente adaptado) y otra parte o partes llamadas emocionales (por ejemplo, una parte se encoleriza ante la más mínima frustración ante los educadores del centro de acogida; otra parte busca ansiosamente que un adulto le cuide; otra parte puede rechazar al adulto de manera agresiva, otra parte está en estado de alerta ante posibles peligros…)

Un caso famoso de este tipo de disociación es el de la antigua Miss América Marilyn Van Derbur, víctima de abusos sexuales por parte de su padre durante años. Ella misma relataba que su personalidad estaba dividida entre la “niña de día”, retraída, insensible, desapegada, amnésica y centrada en la vida normal; y la “niña de noche” que soportaba los abusos del padre y se preparaba para evitarlos mentalmente o se concentraba en defenderse.

Su biografía es un ejemplo de resiliencia, uno de los muchos que existen y que dan esperanzas a todas las personas que han sufrido traumatización crónica de que es posible recuperarse.

http://www.missamericabyday.com/: Marilyn cuenta su experiencia y habla del libro donde ella se atrevió a relatar lo que le ocurrió. Está en inglés.

La imagen que inserto se titula El hombre disociado y es un cuadro de una pintora argentina llamada Lucía. La he tomado de su blog y justo es decirlo. Me ha parecido muy representativo de lo que es la disociación.

Volveremos sobre este apasionante tema.

4 comentarios:

Raquel dijo...

Creo que disociar puede llegar a desgastarte completamente sin saber qué es lo que a uno le ocurre. El darse cuenta de que varios estados de la personalidad conviven en uno lleva su tiempo, porque no se tiene consciencia de ello en un principio. Hay momentos en los que llegas a hacer cosas que desconoces que has hecho, a ir a sitios sin saber qué estás haciendo allí... aunque todo eso ocurre en momentos en que algo te hace "romperte" de algún modo.
Yo descubrí, tras mucho tiempo, que en mí coexistían diferentes estados de mi personalidad y que había un gran enfrentamiento entre ellas. Y, lo peor, descubrí que es como si existiera una niña pequeña en mí que está llena de miedo y culpa y no deja que nadie se acerque ni que las otras partes la acepten porque ella no se acepta a sí misma, más bien se odia.
Parece de locos...sí, yo también me llegué a sentir un poco así, pero es más sencillo que eso y tiene su lógica y su porqué, a pesar de que aún existe una desintegración en mi personalidad.
¿Cuánto tiempo puede llevar a que las diferntes "partes" se integren y unas conozcan qué les ocurrió a las otras?.

Gracias.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola, Raquel: Demuestras un acertado y profundo conocimiento de la disociación. Al principio, como dices, uno no sabe muy bien qué le está ocurriendo, tarda un tiempo en hacerse conscientes de estas partes que conforman su personalidad. No es de "locos", en efecto, y tiene su sentido: la defensa de la personalidad ante situaciones que ponen en amenaza el bienestar psicofísico de las personas.

Integrar las distintas partes es un objetivo a largo plazo, lleva mucho tiempo y requiere normalmente de un trabajo psicoterapéutico. Es un proceso lento y doloroso porque supone tener que integrar las experiencias traumáticas en la biografía de la persona.

Gracias por tu aportación porque aclara gráfica y experiencialmente lo que yo he expuesto de un modo más teórico.

Saludos,

José Luis

Jennifer Delgado dijo...

Genial este articulo, me ha resultado muy interesante leer sobre la disociacion estructural en los niños porque creía que era un trastorno exclusivo de los adultos.
¿La diferencia esencial entre este trastorno y las personalidades múltiples estarían en el grado de conciencia de la persona acerca del padecimiento y en el origen esencialmente traumático?
Mis saludos, Jennifer

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola Jennifer:

Gracias por tus elogios, pero en realidad quienes se los merecen son los autores Onno Van der Hart, Nijenhuis y Steele y no yo.

Respondiendo a tu pregunta, los autores hablan en el libro "El yo atormentado" que la disociación estructural se divide en tres tipos: primaria (una parte aparentemente normal predominante y una única parte emocional; esta última no suele ser demasiado elaborada); secundaria (una única parte aparentemente normal predominante y más de una parte emocional; esta última puede ser más elaborada y autónoma que el el caso de la primaria); terciaria (más de una parte aparentemente normal y más de una parte emocional; suelen ser más elaboradas y autónomas, incluido el uso de diferentes nombres y rasgos físicos que en el caso de la secundaria)

Es en la terciaria, Jennifer, en la que estos autores incluyen el Trastorno disociativo de la identidad o personalidad múltiple.

El grado de conciencia que se tiene de las diferentes partes y de su origen difiere de unas personas a otras, siendo, en efecto, en unas personas mayor que en otras. Esto es un aspect oque se debe evaluar con cuidado en los sujetos pero hay que hacerlo para determinar cómo son esas personalidades, cuántas hay, grado de conciencia de las mismas... Todo eso lo explican los autores.

Yo he conocido niños con disociación secundaria (niños de 12años)Del que hablo en el ejemplo del post, es un niño que no puede crecer con una coherencia y cohesión de la personalidad normales porque ha estado expuesto a trauma crónico grave durante muchos años.